05/08/95
I
Tuve ansias de tenerte,
tuve ganas de poder
estrecharte fuertemente
como siempre lo soñé,
de obsequiarte simplemente
las palabras que a tu ser
estremezcan suavemente
con el roce de tu piel.
II
Tuve miedo de perderte,
tuve mucho que temer
porque quiero complacerte
en tus deseos de mujer,
porque espero eternamente
que me llenes de tu miel,
de la misma de la fuente
que en tus brazos ya probé.
III
Tuve sueños de repente,
tuve celos de tu ser,
por haber estado siempre
tan cerquita de tu piel,
por brindarte dócilmente
la belleza de un clavel
al momento que tus ojos
revelaron tu nacer.
IV
Tuve ansias de tenerte
y tuve mucho que temer,
tuve sueños de repente
y tuve celos de tu ser,
pero hoy tengo la suerte
de que seas la mujer
que a mis labios estremece
con el roce de tu piel.
Héctor.
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