17/01/09
I
En la oscura tentación de tus sentidos
he querido con mis ojos descubrir
ese broche que sujeta tu vestido
para abrirlo sin derecho a interferir;
ser el dueño del temblor en tus latidos,
ser el hombre que te hace sonreír
para amarte sin deseos reprimidos,
para amarte y llenar mi ser de ti.
II
En la intensa sensación de tus gemidos
he querido con mis besos conseguir
ese aroma que me tiene confundido
si es de rosas o es la miel de tu sentir;
ser la llave que resguarda con cariño
todo aquello que no te has de arrepentir
para amarte como hombre y como niño,
para amarte como quieras permitir.
III
En la gloria me sentí sólo contigo
y he querido a cada instante repetir
ese vuelo por las nubes que cautivo
me dejó con tantas ganas de seguir;
terciopelo que te arropa como abrigo,
ser el vino que te embriaga muy sutil
para amarte como en sueños que he tenido,
para amarte desde el principio hasta el fin.
IV
En la sombra de tu ser a Dios le pido
y le ruego que este amor no ha de morir,
ese es siempre mi deseo si te miro
o si trato con pasión que seas feliz;
ser la pluma de tus versos que hoy te escribo,
ser el beso que te acerca más a mí
para amarte y de tu piel yo ser testigo,
para amarte y llenarme más de ti.
Héctor.
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