27/11/15
I
En
la noble tentación por tu silueta,
he
dejado descifrar todo tu instinto
y
si cuento de tus besos hasta el quinto
puedo
hacerte tan dichosa y tan completa;
la
ventaja de tenerte en el planeta
más
que suerte es bendición en cual me rindo
por
mirarme reflejado en ojos lindos
al
llamarme desde ahora tu poeta.
II
Por
hallarte tan sinceramente bella
me
resulta hasta creer que es un hechizo
pero
luego me deslumbra sin permiso
el
vestido del color de una azucena;
tus
cabellos ondulados en escena
para
hacerte de este azul el más preciso
me
contaron que tu amor sin darme aviso
es
tan puro como el brillo de la seda.
III
Entregado
a las virtudes que me llenan
hoy
la suerte de encontrarte no distingo
porque
ver que me mirabas ya es un signo
de
que sabes acercarte muy serena
y
tenerte en la distancia es un problema
si
es que encuentro competencia en tu destino
para
ser el compañero de camino
que
esperaste que hace mucho te quisiera.
IV
No
hay motivo para atarme a la condena,
no
hay condena cuando me ato sin motivo,
mucho
más si cada abrazo que recibo
de
tu encanto y tu sonrisa me rodean;
cómo
sueño a cada instante que me veas
como
el dueño de tu espalda que acaricio
casi
al borde de caer al precipicio
esperando
que feliz tan sólo seas.
Héctor.