La Mezcla Perfecta



14/07/14

I
Una pizca de dulzura,
un buen toque de tu amor,
una esencia de aventura
y el latir del corazón;
son la mezcla que me ayuda
a quererte sin temor
porque sólo por ser tuya
es perfecta para dos.

II
Un puñado de ternura,
buena taza de pasión,
suave piel semidesnuda
y unas trazas de razón;
complementan la textura
de la diosa que alcanzó
despertar de la escritura
la belleza que inspiró.

III
Un sabor a miel de fruta
son los besos que me dio,
rebanadas de lujuria
para extrema sensación;
un destello en la penumbra
hoy me muestra su esplendor
por brillar como la luna
siendo ardiente como el sol.

IV
Es completa ya no hay duda
esa mezcla de pasión,
dulce, suave y con ternura
pero llena de emoción;
la belleza es tu más pura
obra de arte de expresión
porque entera me resultas
muestra de la perfección.

Héctor.

La Despedida



10/07/14

I
Una lágrima en tus ojos me valida
que tus besos para siempre resumiste
como parte de todo lo que creíste
concederme a la nostalgia en tu venida;
por matarme la ilusión con tu partida
dar placeres a tu boca ya no existe
apartándome del sueño en cual me viste
por mostrarme que inició la despedida.

II
Cómo pido al cielo una salida,
cómo olvido aquello que me diste,
si no puedo interpretar que ya te fuiste,
si no puedo conservar mi propia vida
por el hecho de encontrarte decidida
a dejarme más o menos solo y triste
sin tener mayor defensa que resiste
esta pena de mi corazón suicida.

III
Ni en la gloria de mi alma fugitiva
puedo ser el caballero que quisiste
porque todo aquello fiel que me exigiste
muy profunda me ha dejado cruel herida;
tu distancia se convierte en mi enemiga
y cayendo ya no puedo así de simple
ser el dueño de tu amor antes de irte
porque todo que me has dado se termina.

IV
Hoy no encuentro explicación que me describa
por qué no puedo ser el hombre que pediste,
por qué no ser el rey que te conquiste
o ser el hombre que en tus sueños te motiva;
si un te quiero se ha quedado a la deriva
tu mirada, tus cabellos, tus matices,
en mis sueños se han clavado con raíces
aunque muera mi ilusión con tu partida.

Héctor.

El Muro



04/07/14

I
Un deseo recurrente,
un deseo del que dudo
que se acabe de repente
o que pase sin futuro,
es aquel de poseerte
y sentirnos sólo uno
derribando fácilmente
la dureza de este Muro.

II
Yo te quiero suficiente
para desafiar el mundo
y no intento detenerme
ni por agua o desayuno,
y si encuentro complaciente
donde tienes mi refugio
te deseo que mil veces
me des besos al desnudo.

III
Sé que puedo parecerte
un amante inoportuno
pero creo que tan fuerte
es mi amor como ese Muro,
y siguiendo la corriente
de tus sueños el murmullo
creo que faltan como veinte
de tus besos para el triunfo.

IV
Esperando cuando duermes
a tus pechos yo me incluyo
invitándote a quererme
más allá de los segundos,
invocando que lo pienses
pero no lo pienses mucho
quiero ser tu más ardiente
aspirante al amor tuyo.

Héctor.

Cobarde



29/06/14

I
Un saludo que acontece por la tarde
me mostraba bondadosa simpatía,
más que eso tu mirada con la mía
simulaban una cupla impresionante
que seguido fue aumentando como parte
de la magia que despierta en pocos días
la ilusión de no sentirme todavía
como un hombre que tardó por ser cobarde.

II
Me han faltado decisiones para darte
una muestra de completa valentía,
oportunamente leve picardía
de tus besos el también apoderarme;
tus caderas me suplican amarrarte
a mi cuerpo con rotunda alevosía
para hacer que tus pasiones y las mías
sobrepasen las fronteras al tocarte.

III
Sólo un roce es suficiente para atarme
al delirio que provoca tu sonrisa
más de una de las veces que me avisa
el motivo de tormenta muy salvaje;
yo deseo ser el mismo personaje
que en tus sueños no conserva la camisa
si despacio con tu piel que me hipnotiza
te aproximas para luego enamorarme.

IV
No consigo explicaciones semejantes
al delirio de tenerte tan sumisa
en mis manos que no pierden la premisa
del acceso hasta tu pecho suplicarte;
soy ladrón o soy bandido al despojarte
de tus besos cuando inicio la conquista
en tu cuello que me dio más de una pista
para ser ya más valiente que cobarde.

Héctor.

Más allá del cielo



15/03/09

I
Esperando de una noche estrella clara,
hoy pensando en su belleza yo me encuentro,
y mi boca sumergida en el silencio
se aproxima a la luz de bella dama
que jamás se había sentido enamorada
de pasiones, mi lujuria y mis deseos,
liberando a propia fiera en cautiverio
para amar con el gemido de las ganas.

II
Se hace tarde y no pretendo que se vaya
sensación de sus latidos y sus besos,
y mis manos me lastiman si está lejos
porque ansío acariciar su piel dorada;
no la encuentro al despertar cada mañana
y su ausencia, mis temores y lamentos
alimentan sin medida el sufrimiento
que me queda con su adiós sobre mi cama.

III
Si el susurro que una tarde me dejara
me traslada hasta volar el firmamento
no es mentira que provoca el juramento
que de ella yo me como la manzana;
cómo espero que esta historia sea contada
si por años he sentido que la quiero
más allá de la razón y el mismo cielo,
más allá de la ilusión y las miradas.

IV
Con el fuego que su cuerpo me quemaba
y las ganas de gemidos que recuerdo,
hoy su voz me complementa los momentos
de las veces que su aroma me acompaña;
sin sus besos la tristeza más me daña
y declaro más allá del universo
con mi boca sumergida en el silencio
que jamás ella amará como me ama.

Héctor.